La tarea de desentrañar las circunstancias del siniestro
¿Cómo había llegado la vaca a la vía, y por qué un resultado tan terrible? El maquinista del tren quedó tan malherido que fue incapaz de recordar los detalles. El interventor, que iba en el coche remolque delantero tras haber finalizado un tumo de comprobación de los billetes, no pudo ser interrogado por motivos de salud hasta cinco meses después del accidente. El y otro operario del tren confirmaron después que se había activado el freno de urgencia justo antes de oír un ruido sordo, que debió ser el del momento en que el tren chocó con la vaca. Estas dos personas resultaron gravemente heridas, y tuvieron suerte de no perder la vida. El maquinista del tren Glasgow-Edimburgo de las 17.15 h fue el primero que vio la vaca. La vio en el talud de la vía impar (es decir, hacia Glasgow), pero no estaba sobre la vía y decidió dar el aviso al llegar a su siguiente parada en Polmont, 2,5 kilómetros más adelante. Su ayudante estaba hablando de ello con el personal de la estación, cuando el Edimburgo-Glasgow de las 17.30 h pasó a toda velocidad en sentido contrario. El maquinista del tren de las 17.15 h contó al inspector jefe de la investigación, el comandante A. G. B. King, que si hubiera visto la vaca en la vía o un rebaño de ganado, habría parado en la señal más cercana, habría puesto los petardos, y colocado el clip del circuito de vía para que las señales indicaran peligro, además de telefonear al guardagujas. Cerca de la valla de un paso a nivel con una carretera, a unos 260 km, dirección Glasgow, del lugar donde finalizaba el tren de las 17.30 h, había un paso a nivel abandonado que había sido destrozado: ése fue probablemente el lugar por donde pasó la vaca, la cual debía estar deambulando a lo largo de la línea y de las trincheras en busca de hierba. El personal fijo del itinerario contó al inspector jefe que era difícil mantener las vallas de esa zona en buen estado debido al frecuente vandalismo, y que, aunque se reparara rápidamente, enseguida volvían a destrozarlas. Se sometieron a examen fórmulas para mejorar tanto el informe de los daños como las reparaciones pertinentes. En los cinco años anteriores al accidente, el ganado se había metido en la línea entre Glasgow y Polmont en siete ocasiones, y había chocado con trenes. Tres veces un coche remolque de un tren de marcha reversible había chocado contra un animal, mientras que otras veces fueron una locomotora o una Unidad Múltiple los vehículos implicados. En ninguna de esas ocasiones, hubo descarrilamiento. De hecho, en la totalidad de líneas de British Rail, de 1974 a 1984 se dieron 1.096 colisiones con animales, pero, de ellas, sólo 24 acabaron en descarrilamientos, sin víctimas.
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Esta foto se ha hecho de cara al extremo frontal del tercer coche. El segundo coche está a la izquierda, totalmente girado a consecuencia del descarrilamiento. Los trabajadores de la operación rescate buscan supervivientes entre los restos del accidente. |
¿Se deben utilizar coches ligeros?
La mayor parte de la investigación se centró en la comparación entre la operación de marcha reversible. con un coche delantero relativamente ligero, y la marcha reversible con una locomotora potente. Los ingenieros hablaron de las numerosas pruebas llevadas a cabo con trenes de marcha reversible, diésel o eléctricos, de alta velocidad antes de la introducción de este tipo de servicios entre Waterloo y Bournemouth, en 1967, y entre Edimburgo y Glasgow, en 1979. Sin embargo, las pruebas, como es lógico, no se habían realizado pensando qué ocurriría si el tren chocara con un animal. Tras el accidente de Polmont, se miraron los archivos, pero en ellos no se encontró ninguna ocasión en que la colisión contra un animal acabara con víctimas humanas. Las pruebas realizadas con las operaciones de marcha reversible de alta velocidad se habían centrado en su mayor parte en las fuerzas de tracción y frenado, y en el funcionamiento del material móvil cuando la locomotora o la Unidad Motora estaba situada en la cola del tren. Los ingenieros hicieron notar al comandante King que el coche remolque delantero de un tren de marcha reversible se diferenciaba poco de las Unidades Múltiples remolcadas, diésel o eléctricas, que se habían estado utilizando durante muchos años. Todos estos coches remolque tenían quitapiedras o defensas, los cuales consistían en unos salientes de hierro en ángulo que se extendían hacia abajo desde el armazón del bogie, frente a las ruedas delanteras, hasta cinco centímetros del carril. El cometido de las defensas es echar fuera de la vía cualquier pequeño obstáculo.
La solución en el resto de Europa
También se realizó un estudio de los métodos utilizados en el resto de Europa, donde los trenes de marcha reversible funcionaban sin ningún problema en líneas que, con frecuencia, no estaban valladas. Sólo en Gran Bretaña las líneas férreas tenían que estar valladas (a excepción de unas cuantas líneas locales) para evitar que ni personas ni animales pudieran cruzar las vías. En el resto de Europa, son los granjeros los responsables de vallar sus tierras para que sus ganados no invadan las vías. Algunos ferrocarriles europeos dotan a sus trenes de quitanieves, que, además, apartan cualquier estorbo del camino. Pero un quitanieves no está pensado para resistir un impacto fuerte y puede romperse, caer debajo de las ruedas y provocar más destrozos que el obstáculo en sí. Aunque, según parece, los deflectores, algo parecido a las defensas de las locomotoras americanas y algunas otras, son los dispositivos más convenientes.
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La locomotora N° 47.707 descarriló a la izquierda y se quedó encima de un carril girado. El maquinista resultó gravemente herido, y el total de 13 muertos hubiera sido mucho mayor de no ser porque el maquinista del tren Glasgow-Edimburgo de las 17.30 h reaccionó tan pronto como vio frente a él el descarrilamiento. |
Las terribles consecuencias
Cuando el tren de las 17.30 h Edimburgo- Glasgow, un tren de marcha reversible de alta velocidad, chocó con una vaca a una velocidad aproximada de 137 km/h, los restos del animal fueron a parar al bogie delantero del coche remolque y levantaron las ruedas delanteras dejándolas fuera de la vía. A pesar de haberse accionado el freno de urgencia, la fuerza del tren hizo que el coche delantero saliera catapultado al terraplén izquierdo de la trinchera, donde fue derribando una hilera de árboles y el muro divisorio durante unos 100 metros, para acabar después girando en redondo y cayendo sobre un lado. El segundo coche también salió disparado de delante a atrás.
Marcha reversible
La operación de marcha reversible se introdujo en el servicio Edimburgo- Glasgow en 1979, utilizándose locomotoras de las Series 47/7 que habían sido modificadas para tal propósito; los coches Mark III y Mark II fueron convertidos en coches remolque con cabina de conducción (DBSO). La siguiente gran puesta en servicio de la operación con marcha reversible se hizo en 1984, en el Expreso de Gatwick, en el que 77 coches arrastrados por locomotoras se han transformado en Unidades permanentemente acopladas de dos y tres coches.
Recomendaciones
El inspector jefe recomendó que se modificara el reglamento, de modo que cualquier animal que irrumpiera dentro de las vallas de un ferrocarril fuera considerado un peligro potencial inmediato para los trenes, debiéndose informar de ello y proteger las vías. El inspector recomendó asimismo mejorar los informes de los daños ocasionados en las vallas cercanas a los campos donde pasten animales, y darle una gran prioridad al hecho de impedir el vandalismo y la invasión de las vías, la introducción de un sistema de radio tren-cabina de señalización para mensajes urgentes y la adopción de medidas para evitar descarrilamientos. Finalmente, el comandante King dijo que debería hacerse un estudio de la posibilidad de descarrilamiento cuando se utilizan coches remolque en la parte frontal del tren, en vez de una locomotora o un coche motor potente, como la Unidad InterCity 125. Se podían incorporar deflectores a los coches motores para que sacaran fuera de la vía las posibles obstrucciones. En la actualidad, se utilizan coches remolques en los trenes de marcha reversible que circulan a más de 160 km/h en los itinerarios de la Costa Este y Oeste que parten de Londres.
Fuente: El Mundo de los Trenes - Ediciones del Prado S.A.- Madrid (España) - 22 de agosto de 1997