Introducción

Recopilación de descarrilamientos y choques en el mundo citando la fuente y créditos fotográficos. Sitio sin fines de lucro.

Descarrilamiento en Turquía

Un tren de pasajeros descarrila en Turquía cerca de la frontera con Grecia.

Un trágico descarrilamiento de tren se produjo este domingo (8/7/18) cerca de una aldea en la provincia de Tekirdag (Turquía) al oeste de Estambul. La cadena de televisión pública TRT Haber informó, citando al ministerio de Salud, que al menos diez personas murieron y 73 resultaron heridas.
Seis vagones de un convoy con unos 360 pasajeros se salieron de las vías cuando el tren realizaba la ruta entre Uzunkopru, cerca de Grecia, y Estambul.
El accidente tuvo lugar cerca de la localidad de Sarilar, en un área de difícil acceso para automóviles, por lo que se han enviado helicópteros a la zona para trasladar a los heridos a los hospitales.
"El accidente se produjo a causa de las malas condiciones climáticas", explicó el gobernador de la región, Mehmet Ceylan.
El presidente Recep Tayyip Erdogan, quien comienza el lunes un nuevo mandato de cinco años al frente del país con poderes ampliados, fue informado de la situación y dio sus condolencias a las víctimas y familiares, según la agencia estatal Anadolu.
Fuente: Sitios web | EFE, AP

Stechford 1967

Inglaterra

28 de febrero de 1967.- Se trataba tan sólo de un gesto hecho por un agente de maniobras a un encargado, pero ese gesto fue interpretado por la pareja de la locomotora como una señal para iniciar una maniobra; eso les llevó a invadir la vía de un tren eléctrico que se aproximaba rápidamente. Nueve personas murieron en la colisión.
Stechford es una estación de bifurcación en la ruta principal que une Birmingham y Londres Euston. Está situada a unos 5,6 km. de Birmingham. Una línea secundaria que sortea la ciudad diverge en la estación hacia el norte: es el cruce de Grand Junction. (Este nombre se debe a que, un poco más al norte, comienzan las vías del ferrocarril Grand Junction de Birmingham a Manchester que, abierto en 1838, llegaba a la ciudad vía Aston).
Al final de la estación de Coventry hay dos apartaderos en el lado sur, y más apartaderos en el lado superior de la misma estación. El apartadero número 1 tiene dos conexiones con el Grand Junction que permiten maniobrar en redondo. (En esta zona las líneas descendentes van hacia Birmingham, mientras que las líneas ascendentes van hacia Coventry y Londres).
El 28 de febrero de 1967, un tren con balasto que había estado trabajando en la línea de salida llegó a Stechford desde Coventry a las 14:50h, aproximadamente. Para dejar libre la línea principal se le hizo entrar marcha atrás, momentáneamente, en los apartaderos de abajo. Una vez hubo pasado un tren directo, el tren del balasto empezó a maniobrar hacia el lado superior para volver a Coventry. Salió del apartadero a la línea principal de salida, sobrepasó la estación y continuó por el Grand Junction.
Cuando la cola del tren había sobrepasado el cruce entre las líneas de Grand Junction de entrada y de salida se detuvo e hizo marcha atrás volviendo a pasar el cruce, para estacionarse finalmente en el andén de la línea de entrada. Lo habitual era que se estacionase en el apartadero N° 1 de entrada para que la locomotora pudiese maniobrar, pero, en esta ocasión, sin embargo, el tren era demasiado largo.
El coche de cabeza del expreso eléctrico Manchester-Coventry yace sobre uno de sus costados la noche de la colisión. El maquinista vio, segundos antes del impacto, que la locomotora diésel se le venía encima pero no pudo hacer nada. Resultó muerto en el acto.
Si el tren se hubiese dividido en dos partes, la locomotora habría podido hacer la maniobra con el tren en el apartadero. Sin embargo, el agente de maniobras que estaba de servicio quería ahorrar tiempo y hacerlo todo en una sola maniobra. Para hacerlo así tenía que estacionar los vagones en la vía del Grand Junction de entrada y mandar a la locomotora nuevamente a la vía de salida. De esta manera, podía ir marcha atrás pasando por la estación y por la vía de salida (por el camino que había venido, pero en dirección incorrecta), rebasando un cruce de la vía de entrada al final en dirección Coventry, para volver marcha atrás por la vía de entrada. Esta maniobra no estaba autorizada, ni tampoco señalizada, pero el agente de maniobras pensaba organizarlo todo desde el puesto de mando de New Street, en Birmingham.
Los enlaces con la vía principal y las conexiones con los apartaderos se controlaban desde la misma estación. Los apartaderos de salida se controlaban desde el puesto de maniobras de Stechford , mientras que el enlace con la línea Grand Junction se manejaba con una pequeña palanca de suelo cerca de las agujas. Para manejar estos dos cruces era necesario que New Street los activase eléctricamente.
Cuando el tren estaba en la línea Grand Junction de salida, el agente de maniobras obtuvo permiso para meterlo en la línea de entrada, manteniendo él mismo el control del enlace después que la locomotora fuera desenganchada de los vagones de balasto y se moviera en dirección a la vía de salida. Rápidamente, hizo el cambio para que la locomotora pudiese ir de la vía de Grand Junction de salida a la vía principal de salida, cruzando la vía principal de entrada.
En ese momento, el agente de maniobras vio al encargado de los vagones de balasto que iba caminando hacia el final del tren y quiso que permaneciera en lo que iba a ser la cola del tren cuando arrancase. Le llamó y le hizo señas para que regresara a la punta oeste del tren, ya que el encargado no tenía idea de lo que planeaba el agente de maniobras.
Una maniobra prohibida
El tren de balasto llegó a Stechford procedente de Coventry y dio marcha atrás para entrar en los apartaderos descendentes antes de maniobrar para volver a Coventry; sin embargo lo hizo mal.
Lo normal hubiera sido cruzar hacia el apartadero Nº 1 donde la locomotora hubiera podido dar vuelta
Pero lo que hizo fue cruzar la estación y dar marcha atrás por la vía ascendente de Grand Junction.
Después, la locomotora volvió a la vía descendente dispuesta a pasar por la estación de nuevo, pero maniobró demasiado pronto e invadió la vía del tren eléctrico. 
Mientras tanto, el segundo maquinista de la locomotora, la N° D5002 Bo-Bo-Tipo 2 (posteriormente, la Serie 24 de la B.R.), estaba mirando por el lado izquierdo de la cabina desde el final de tren que daba al lado de Birmingham. Vio que el agente de maniobras le hacia una señal con la mano y pensó que quería que se dirigiera hacia la estación por la vía del Grand Junction de salida.
Se lo dijo al maquinista que estaba al mismo lado de la locomotora y volvió a arrancar. Casi inmediatamente, el segundo maquinista vio que se aproximaba un tren eléctrico por la vía principal de salida de la estación, justo la misma por la que ellos iban a circular. Se dio cuenta de que algo iba mal y gritó para avisar. El conductor consiguió parar la locomotora justo cuando llegaba al enlace con la vía principal de entrada pero se pasó un poquito y obstruyó el cruce.Justo en ese momento, un tren eléctrico de cuatro coches que iba de Manchester a Coventry se aproximaba desde la estación por la vía principal de entrada a velocidad de crucero. No había tiempo para realizar una maniobra evasiva, así que golpeó oblicuamente a la N° D5002, lanzándola hacia arriba. Con el golpe, el tren se desvió y continuó fuera de control por la vías hasta que se detuvo sobre la línea principal de salida, unos 180 metros más allá.
La chapa de los dos primeros coches se desgarró, quedando volcados sobre un costado, mientras que el tercero quedó ladeado y el cuarto recto, pero completamente descarrilado.
El maquinista del tren eléctrico no pudo hacer nada. La última señal que vio estaba verde, y se encontró con la locomotora diésel que venía por la izquierda justo enfrente de él. Él y ocho pasajeros murieron en el acto. Diecisiete pasajeros más, seis de ellos agentes ferroviarios en prácticas, resultaron heridos. La pareja de la locomotora diésel no sufrió ningún daño.
Dos enfermeras del Hospital de Birmingham trepan por uno de los coches volcados buscando heridos que hubieran quedado atrapados. La cubierta quedó totalmente desgarrada y el tren bandeó fuera de control, originando un amasijo de hierros, catenaria y material eléctrico. Los equipos médicos de rescate llegaron a los seis minutos del accidente.
¿Cuál fue el error?
Todas las líneas de los alrededores de Birmingham de la División Occidental, incluyendo Stechford y parte de la línea de Grand Junction, estaban controladas por el puesto de mando de New Street, que acababa de entrar en servicio en julio de 1966. El guardagujas que manejaba el panel de control no tenía libertad para accionarlo, a no ser que se lo permitiese New Street.
Cuando se daba paso a un tren directo, las palancas y el cuadro de mandos tenían que estar en su posición normal. El guardagujas de New Street podía cancelar cualquier orden bloqueando las palancas de maniobras y de suelo y colocando las agujas de enlace para las rutas directas. Sólo entonces las señales podían dar vía libre a los trenes directos en las vías principales.
Cuando el tren de balasto entró y salió de los apartaderos de salida, New Street tuvo que liberar esa parte del cuadro de maniobras de Stechford para que el guardagujas pudiese cambiar las agujas del apartadero de salida a la vía principal. A1 mismo tiempo, New Street colocó las agujas dejando libre la vía de Grand Junction de salida (estas agujas no se podían cambiar en Stechford). Una vez hubo parado el tren más allá del enlace y cuando las señales que estaban detrás de él indicaban peligro, New Street liberó las agujas de Stechford para que las manejase el agente de maniobras. De este modo, podía cambiar los puntos de enlace para poner el tren en la vía de entrada de la línea Grand Junction, y la locomotora podría volver a la vía de salida de la misma línea.
Debido a que el enlace de la línea Grand Junction no afectaba a las líneas principales, el guardagujas de New Street liberó el enlace de Stechford y dispuso las señales para los trenes directos que circulaban por las vías principales. Esa era la situación cuando la locomotora diesel estaba en la vía de salida de la línea Grand Junction, y lo cierto es que el guardagujas de New Street no sabía que la locomotora iba a maniobrar de la manera que lo hizo. Por esta razón dispuso las señales para dar vía libre a los trenes eléctricos en las vías principales.
Existían unas reglas muy estrictas que indicaban qué tipo de maniobras podían realizarse bajo el control "in situ". El movimiento planeado por el agente de maniobras estaba específicamente prohibido, excepto en caso de emergencia o con la aprobación expresa del guardagujas. En el día del accidente no existía ninguna emergencia, ni el agente de maniobras obtuvo autorización alguna de New Street.
El personal de los servicios de urgencia lleva mantas para tapar los cuerpos que iba sacando del coche siniestrado. Los médicos y enfermeras tuvieron que hacer transfusiones a los viajeros atrapados, ya que pasaron varias horas hasta que pudieron sacar a los heridos.
La investigación
El agente inspector, el coronel D. McMullen, estaba bastante seguro de que el accidente ocurrió porque la locomotora realizó una maniobra no autorizada. Él culpó principalmente al agente de màniobras que controlaba el enlace, ya que no informó al conductor de la locomotora N° D5002 de lo que pensaba hacer, y no obtuvo permiso de New Street para realizar la maniobra.
El guardagujas que estaba manejando las agujas de Strechford también tuvo algo de culpa, ya que él tenía que saber que la maniobra que se estaba llevando a cabo iba en contra de las normas.
Por lo que respecta a la pareja de la N° D5002, el segundo maquinista había aceptado la idea del agente de maniobras sin preguntarle, y el maquinista también aceptó que el segundo afirmara que todo estaba correcto, aunque la ruta que iban a coger no estaba debidamente señalizada ; por otra parte, debió haber preguntado al agente de maniobras. Además, si el segundo maquinista hubiera estado en cabeza habría visto el tren que entraba en la estación y habría podido parar antes del cruce.
El Coronel McMullen constató que la maniobra, debía haberse hecho en los apartaderos, seccionando el tren. Luego, la locomotora volvería a los apartaderos descendentes para enganchar el resto del tren y repetir la operación, operación que habría necesitado casi una hora de tiempo. El agente de maniobras intentó ahorrar tiempo, pero no ahorró una catástrofe.
Vista posterior del primer coche volcado del tren eléctrico, que muestra como se desgarró el techo al engancharse en los pórticos de los cables aéreos.
Un trágico gesto
Cuando la N° D5002 estaba parada en la vía descendente de Grand Junction, el agente de maniobras le hizo un gesto con la mano al jefe de tren para que fuese a la otra punta. El segundo maquinista entendió que debía moverse hacia delante, por lo que le dijo al maquinista que reemprendiera la marcha. Segundos más tarde, al ver que su vía para ir a la estación estaba ocupada, frenaron, no pudiendo evitar obstruir la vía principal. El tren eléctrico que entraba no pudo frenar a tiempo, golpeó a la D5002 y se deslizó sobre las vías hasta pararse.
Cuadro de mandos de agujas a nivel del suelo 
Los sistemas de señalización modernos con grandes cabinas centralizadas controlan grandes extensiones de vía.
El centro de Edimburgo, por ejemplo, controla la línea principal de la costa este desde Berwick a Dundee.
Las agujas que se utilizan poco se controlan desde el propio cruce con el cuadro de palancas a nivel del suelo o desde las mesas de enclavamientos.
El equipo preciso para liberar las palancas de las agujas es lo único que se necesita en el Centro de Control.
Una mala sincronización 
El accidente ocurrió justo cuando la primera fase de la electrificación y cambio de señalización de la línea principal de la costa oeste entre Manchester, Liverpool y Londres, (que había comenzado en 1959) estaba a punto de terminarse. Mientras tanto, los nuevos trenes eléctricos funcionaban con el antiguo horario. Uno de esos trenes fue el involucrado en el accidente.
Recomendaciones 
El coronel McMullen hizo unas cuantas recomendaciones. La señalización era moderna y funcionaba correctamente, pero no estaba diseñada para cubrir esa maniobra.
Las reglas para realizar maniobras no señalizadas se habían revisado para responsabilizar al propio maquinista y para llegar a una comprensión clara, no sólo por parte del agente de maniobras, sino también por parte del guardagujas antes de arrancar.
Lo único que se modificó en Stechford fue el extremo posterior del enlace de la vía Grand Junction descendente que fue desconectado del cuadro de control de las agujas, y se instaló un muelle que dejaba el enlace conectado a la vía Grand Junction ascendente, protegiendo de esta manera a la vía principal. También se prolongó el circuito de vía desde el cruce de diamante de la línea ascendente principal y por la vía descendente hasta justo antes del cruce con la carretera. Posteriormente, se revisaron instalaciones similares a ésta para ver si era necesario modificarlas del mismo modo.
Fuente: El Mundo de los Trenes - Ediciones del Prado S.A. 1997 - Madrid (España)

París 1988

En la Gare de Lyon

Un tren sin control se precipitó contra otro, abarrotado de viajeros, que esperaba la salida en una de las estaciones francesas más concurridas. ¿Fue un error del maquinista, un mal funcionamiento del sistema, o toda una trágica serie de circunstancias lo que condujo al peor accidente ferroviario ocurrido en París?
Las siete de la tarde del lunes 27 de junio de 1988 era todavía hora punta para la parisina Gare de Lyon, llena de viajeros que regresaban a sus casas después de un día de trabajo o una tarde de compras en la capital. El horario no se cumplía y los trenes circulaban con cierto retraso.
Debajo de la famosa estación de la línea principal hay una pequeña terminal del suburbano con dos andenes centrales que dan acceso a cuatro vías. Todo ello hace de la Gare de Lyon una de las estaciones más concurridas de la red ferroviaria francesa.
Junto a la entrada de la estación del suburbano, una serie de travesías permiten a los trenes de cualquiera de las dos líneas entrar o salir por cualquiera de las vías. Estas travesías están todas al mismo nivel, de forma que un tren que atraviese cualquier parte del trazado bloquea el itinerario de los demás.
Los antecedentes
Las vías de acceso procedentes de los empalmes con la línea principal tienen fuertes rampas (de 29 a 40 milésimas por metro), así que los maquinistas deben mantener controlada la velocidad. Viniendo del sur, el límite disminuye gradualmente de 120 km/h. a los 60 km/h. obligatorios a un kilómetro de la estación, pero al aproximarse a los andenes los trenes tienen que reducir a 40 km/h.
En la zona de la estación correspondiente al suburbano, el tren de las 19:04 con destino a Melun -el número 153951- no pudo efectuar su salida de la vía 2, andén B, hasta las 19:10. Estaba lleno hasta los paragolpes debido a una cancelación anterior, así que, además de la demora, el viaje iba a ser bastante incómodo.
Justo antes de las 19:10, el tren número 153346 procedente de la Forté-Alais, que tenía que haber llegado a las 18:50, se acercaba desde el empalme con la línea principal y le fue asignada la vía 4, andén B. El retraso se debía a que alguien pulsó el freno de emergencia en un tren anterior, el número 153944 procedente de Melun, provocando una larga espera en Vert-de-Maisons, a unos 8 kilómetros. Este tren llegaba a la estación del suburbano por la vía 2A, pero en esta oportunidad se le asignó la vía 1, andén A.
Gare de Lyon, 27 de junio de 1988 (*)
















(*) Los servicios de emergencia trabajaron toda la noche. En condiciones muy difíciles y sin apenas espacio para maniobrar, se afanaron para liberar a los pasajeros atrapados entre los restos del tren de las 19:04 hs. con destino a Melun, que se encontraba estacionado esperando la salida. Entre las víctimas se encontraba el maquinista, que tras recibir por radio el aviso de la inminente catástrofe permaneció en el tren tratando de evacuar a los pasajeros.

Fuera de control 
Algo falló en el tren 153944. A medida que se aproximaba a las agujas situadas a 2 km de la estación, el maquinista hizo uso del freno reostático para reducir a la velocidad exigida de 60 km/h.
Por debajo de una velocidad determinada, y dependiendo de la importancia de la rampa, los frenos reostáticos resultan menos eficaces, por lo que no se pueden emplear para detener el tren. El freno principal es el de aire comprimido, normalmente a prueba de fallos, que bloquea las ruedas para conseguir una detención rápida o reducir la velocidad del tren a niveles por debajo de aquéllos a los que operan los primeros.
Cuando el maquinista aplicó el freno de aire comprimido para aminorar la velocidad en la fuerte rampa de bajada, se dio cuenta de que no producía ningún efecto. Lo volvió a intentar, seguía sin funcionar. La velocidad del tren al aproximarse a la Gare de Lyon parecía aumentar. El tren estaba fuera de control.
"Los frenos han fallado"
El maquinista envió por radio al Centro de Control de agujas que manda la estación del suburbano este mensaje: "Los frenos han fallado; despejen la estación". A través de la megafonía del tren, dijo a los pasajeros de los coches delanteros que se dirigieran a los de la cola. No pudo hacer nada más. El tren se precipitó pendiente abajo hacia la estación. En ese momento, el convoy procedente de La Ferté-Alais atravesaba las travesías en su camino hacia el andén, bloqueando el pasavías.
El tren fuera de control, encabezado por un pesado coche motor, partió en dos como si fuera un abrelatas al más ligero coche motor del tren estacionado, convirtiendo en un amasijo de chatarra las planchas de metal ondulado de la carrocería y el techo.
A pesar del aviso por radio (tren-tierra), no hubo tiempo suficiente para evacuar a los pasajeros del tren estacionado. Inevitablemente, el número de víctimas fue muy elevado: 59 muertos y 32 heridos de diversa consideración. El maquinista del tren causante de la tragedia, aunque resultó herido, sobrevivió. El del otro tren, que hasta el último instante siguió tratando de evacuar a los pasajeros, estaba entre los fallecidos.
A pesar de su fortaleza, la estructura ligera de los coches no resistió el tremendo impacto del tren fuera de control que se abalanzó sobre ellos a más de 70 km/h. El hecho de tratarse de un espacio cerrado dificultó aún más las tareas de rescate.
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¿Qué ocurrió?
Alguien había pulsado el botón de alarma en el segundo coche del 153944, provocando una detención imprevista en la estación Vert-de-Maisons. Después de las comprobaciones oportunas, el maquinista descubrió que en realidad no se trataba de ninguna emergencia. ¿Fue un acto de vandalismo o alguien, haciendo el loco, provocó el retraso a propósito?.
Fuera cual fuese el motivo no llegó a descubrirse, y además el maquinista tuvo dificultades para desactivar la alarma. Para ello hay que manipular una palanca situada en el exterior, en un extremo del coche en cuestión, sobre la puerta de comunicación con el adyacente. El tren permaneció detenido 26 minutos. Aparentemente el maquinista no pudo desbloquear el freno. Una forma de hacerlo es tirar del cable de desbloqueo en cada cilindro de freno. También es posible aislar los frenos de cada coche girando una válvula de aislamiento. La conducción general que recorre cada coche también tiene válvulas de este tipo, generalmente en cada extremo, para permitir la desconexión. Pero si una de ellas está cerrada, los frenos de los coches situados detrás quedan desconectados, no respondiendo a las órdenes del maquinista.
Tras el accidente se descubrió que la válvula estaba cerrada, por lo que los frenos situados detrás de ella no podían funcionar. Se suponía que el maquinista la había manipulado en Vert-de-Maisons, pero en realidad no supo decir lo que había hecho. Si hubiera cerrado la válvula del coche motor, habría dejado sin frenos a los otros siete coches. Alguien había pulsado el botón de alarma en el segundo coche del 153944, provocando una detención imprevista en la estación Vert-de-Maisons. Después de las comprobaciones oportunas, el maquinista descubrió que en realidad no se trataba de ninguna emergencia. ¿Fue un acto de vandalismo o alguien, haciendo el loco, provocó el retraso a propósito?.
Fuera cual fuese el motivo no llegó a descubrirse, y además el maquinista tuvo dificultades para desactivar la alarma. Para ello hay que manipular una palanca situada en el exterior, en un extremo del coche en cuestión, sobre la puerta de comunicación con el adyacente. El tren permaneció detenido 26 minutos. Aparentemente el maquinista no pudo desbloquear el freno. Una forma de hacerlo es tirar del cable de desbloqueo en cada cilindro de freno. También es posible aislar los frenos de cada coche girando una válvula de aislamiento. La conducción general que recorre cada coche también tiene válvulas de este tipo, generalmente en cada extremo, para permitir la desconexión. Pero si una de ellas está cerrada, los frenos de los coches situados detrás quedan desconectados, no respondiendo a las órdenes del maquinista.
Tras el accidente se descubrió que la válvula estaba cerrada, por lo que los frenos situados detrás de ella no podían funcionar. Se suponía que el maquinista la había manipulado en Vert-de-Maisons, pero en realidad no supo decir lo que había hecho. Si hubiera cerrado la válvula del coche motor, habría dejado sin frenos a los otros siete coches.
La carrocería del coche de cabeza del tren que estaba detenido quedó hecho un acordeón tras el choque. Si hubiera sucedido al aire libre, los coches podrían haberse desplazado. En este caso, las paredes y andenes los evitaron, multiplicando la fuerza del impacto.
¿Cuál fue el error?
Un fallo en el freno de aire comprimido del tren Nº 153944 procedente de Melun. La válvula de aislaniento de la conducción general del tren estaba cerrada, dejando sin frenos al resto de los coches. El conductor tal vez la cerrara cuando desbloqueó los frenos después de que alguien pulsó con mala intención el botón de alarma.
La mayoría de las víctimas pertenecían al tren que estaba detenido; el coche de cabeza quedó terriblemente dañado por la embestida del coche motor del tren fuera de control, mucho más pesado, que arrolló todo lo que encontraba a su paso en la terminal del suburbano, dando lugar al peor accidente ocurrido en una estación de París.
Propuestas de seguridad
Tras la catástrofe parisina de 1988, los responsables de la investigación del accidente decidieron que, cuando se reconstruya la ruta que pasa bajo la Gare de Lyon para convertirla en una estación de enlace directo con la red del suburbano expreso de París, se reserve siempre un andén para prevenir la contingencia de un tren fuera de control. Pero la recomendación fue desechada por no resultar del todo práctica.  
Medidas adoptadas
La propuesta más importante fue la creación de un sistema de señalización en cabina y supervisión de la velocidad, como forma automática de protección del tren. Se eliminaron las válvulas de aislamiento en los trenes eléctricos del tipo implicado en el accidente para que los frenos nunca pudiesen quedar inutilizados.
Se amplió el período de formación obligatorio para mejorar la concentración del maquinista en las situaciones de emergencia; es decir, que sepa con certeza qué debe y que no debe tocar, así como lo que sucedería si conecta o desconecta el dispositivo inadecuado.
Fuente: El Mundo de los Trenes - Ediciones del Prado S.A. 1997 - Madrid (España)