Introducción

Recopilación de descarrilamientos y choques en el mundo citando la fuente y créditos fotográficos. Sitio sin fines de lucro.

Benavídez, 1970

Entre Maschwitz y Pacheco

Un convoy del Ferrocarril General Mitre (hoy NCA), proveniente de Tucumán, embistió a otro, detenido.

Un tren mixto, procedente de Tucumán, el 1º de febrero de 1970, embistió violentamente a otro tren que se hallaba detenido en el kilómetro 36, de la línea del ferrocarril Mitre (hoy Nuevo Central Argentino) cerca de Benavídez entre Ing. Maschwitz y Pacheco y varios coches descarrilaron.
El accidente ocurrió alrededor de las 20:30 horas, en una zona despoblada y con escasísima iluminación, cuando el maquinista del primero de los trenes no alcanzó a advertir que otro tren, que había salido de Zárate, se hallaba detenido por una falla en el mecanismo. Más de doscientas personas perdieron la vida en este trágico accidente. 

Comienza el despeje de las vías del F. B. Mitre (NCA), en el kilómetro 36 p. 11 del tramo entre Zárate y General Pacheco. La grúa levantando los restos de uno de los coches, trampa mortal de numerosos viajeros.
Hierros y chapas retorcidos fue lo que quedó del primer coche, que se destrozó sobre la locomotora. La tarea de recuperación de los cuerpos de los pasajeros fue muy difícil y angustiosa por la gran cantidad de muertos y heridos.   
La grúa levanta los coches 803 y 809, para despejar las vías. Los restos serán depositados a un costado del terraplén en el lugar del desastre, que costó 236 víctimas fatales.
La presencia de dos techos muestra que aquello que parece un solo coche en realidad son dos, profundamente encastrados el uno en el otro hasta el punto de que resulta casi imposible distinguirlos individualmente.   

Gran impacto

El fuerte impacto fue advertido por vecinos que habitan en las cercanías del lugar y de inmediato se iniciaron los pedidos para lograr los primeros auxilios. Fueron avisadas las autoridades más cercanas y dos trenes se enviaron rápidamente para enviar ayuda. El tren 1016 que procedía de Tucumán, había partido con destino a Retiro a las 20:00 hs., llevaba en el momento de ocurrir el accidente 48 minutos de atraso. La colisión se produjo con el tren número 3832, que había salido de la estación Zárate en dirección a Retiro a las 18:50 hs., y debía llegar al punto terminal a las 20:45 hs., pues tenía fijada paradas en todas las estaciones. Como saldo de la colisión hubo dos coches destruidos, otras tantas locomotoras descompuestas y seis coches descarrilados, con los consiguientes deterioros ocasionados por los saltos fuera de los rieles. La locomotora del Mixto se incrustó en el último coche del tren local destrozándolo casi totalmente y elevándolo sobre la cabina de motores. Como consecuencia del violento impacto no solamente descarrilaron locomotoras, coches y vagones, sino que el penúltimo y antepenúltimo coches del tren local sólo detuvieron su marcha -separados del que quedó confundido con la locomotora- a unos 80 metros del lugar de la colisión. Estos dos coches -de estructura exterior metálica e interior madera- chocaron entre sí con tanta fuerza que prácticamente quedaron incrustados. 

Aquí se ve cómo el coche 809 ha penetrado en el 803
Reanudado el servicio, pasajeros de un tren local observan los restos del accidente
Vista trasera del coche 809 de primera clase incrustado sobre el coche 803 
Sobre un costado los restos del 809 y 803
Este dibujo ilustra en forma esquemática acerca de la situación de los trenes después de producido el choque. El mixto 1016 avanzaba hacia Retiro en dirección de la flecha y embistió al local que se hallaba detenido. El último coche de éste quedó totalmente destrozado superpuesto a la primera de las dos locomotoras del rápido y ligeramente atravesado. Aparentemente, el tremendo impacto cortó la unión del último vagón (Nº. 1) con el penúltimo (Nº. 2), que "absorbió" prácticamente al antepenúltimo, (Nº. 3), quedando ambos detenidos a unos 80 metros del lugar del choque. Un cuarto coche, sin daños, precedido por un furgón, fue retirado en el primer momento con los sobrevivientes, hasta la próxima estación Pacheco, en dirección a Retiro, a la derecha en el dibujo.

NOTA: Las fotografías han sido incluidas por su valor documental, no por su calidad, ya que fueron realizadas a partir de fotocopias. En la Argentina "trenes locales" es el equivalente a "trenes de cercanías" de otros países. Fernando Cóccaro, ferromodelista  marplatense, ha colaborado facilitando el material de este accidente. Fuente: La Nación.

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El 1º de febrero de 2022 se cumplieron 52 años de este accidente. Cuando se cumplieron 46 años el matutito Clarín (Bs.As.) publicó lo siguiente: 

El 1º de febrero de 1970, un tren que venía de Tucumán chocó a toda velocidad contra otro que estaba detenido en Tigre. Hubo 236 muertos y más de 500 heridos. 

A las 18.48 del 1° de febrero de 1970 partió “El Zarateño” con destino a Retiro. Viajaban 1090 personas. A esa hora también afilaba las vías hacia el mismo destino el tren Nº 1016, "Estrella del Norte", que había salido el día anterior desde la capital de Tucumán y llevaba 260 pasajeros. A las 20.02 el de Zárate se detuvo, pasando Benavídez, por desperfectos técnicos.  El de Tucumán avanzaba a toda velocidad y en el kilómetro 36 pasó lo que inevitable. El conductor dejó su vida intentando frenar.


"TRAGEDIA FERROVIARIA: SON 200 LOS MUERTOS", titulaba Clarín en su segunda edición del 2 de febrero de 1970. Las dos locomotoras del "Estrella del Norte" se incrustaron en los últimos vagones de la formación que estaba parada. "El Zarateño" recién se detuvo a 80 metros del impacto. Era una zona despoblada y con muy poca iluminación. Todo era más difícil para los bomberos y los pasajeros que, golpeados, igual intentaban ayudar. 


Según el relato de los sobrevivientes, la mayoría de los pasajeros del tren de larga distancia estaban durmiendo antes de que se escuchara el hierro crujir. En el tren estacionado, los únicos que se percataron de lo que venía fueron unos de jóvenes que miraban por la ventana y comenzaron a alertar a los demás. Muchos alcanzaron a tirarse por las ventanas.


El primer recuento oficial dio 142 muertos pero la cifra alcanzaría los 236 por los heridos graves que no sobrevivieron.


Por la cantidad de víctimas fatales, y los más de 500 heridos, este accidente sigue siendo la mayor tragedia ferroviaria de Argentina y todo se atribuyó a una falla en la comunicación entre operarios. Dos empleados de la estación Benavídez fueron detenidos por negligencia.

Fuente: Clarín

Tortuguitas, 1964

El día que chocaron al Cinta de Plata en Tortuguitas


El lunes 6 de abril de 1964, Tortuguitas amaneció envuelta en un manto de espesa neblina. Un poco después de las 7, el Cinta de Plata llegaba a la zona.

La formación se aprestaba a recorrer por las vías del Belgrano los últimos kilómetros que los llevarían a completar el trayecto entre la ciudad de Salta y Buenos Aires. A las 7 y 15 pasó por la estación de Del Viso. A unos 300 metros de la estación Tortuguitas, el maquinista Ángel Cisneros recibió la orden de detener el tren, a la espera de una señal de avance. El tren quedó estacionado sobre la vía, a pocos metros del paso a nivel de las inmediaciones de la comisaría de Tortuguitas, a la altura de la calle Los Olivos al 400.
Fue entonces que sucedió lo inesperado, el impacto terrible. La locomotora de un tren local - el 1264 según el organigrama del día, que poco antes había partido de la estación de Del Viso - chocó de lleno con el último vagón de la formación del Cinta de Plata. Eran las 7 y 31 de la mañana. El impacto debió ser tremendo, a juzgar por las imágenes que nos muestra la edición del diario Clarín del día siguiente. La locomotora se metió dentro del vagón y lo partió en dos. En las imágenes se la puede ver prácticamente montada sobre el vagón. El anteúltimo vagón del Cinta de Plata terminó descarrilado. La colisión dejó un saldo trágico: la muerte de un hombre de 53 años, oriundo de la localidad de Santa Lucía, y 7 heridos, algunos de gravedad, que fueron trasladados al hospital de San Miguel. Todos eran pasajeros del último vagón del Cinta de Plata. Entre los heridos hubo una beba de 10 meses que viajaba junto a su familia.
El saldo pudo haber sido peor, las terribles imágenes permiten imaginar la violencia del impacto. Luego de la conmoción inicial, empezó a articularse un operativo de asistencia a las víctimas. Así lo recuerda Carlos Las Casas, que por entonces vivía con sus padres en un chalet con frente a la calle Los Olivos y fondo a las vías, justo en el lugar donde se produjo el choque. "Yo era muy chico pero recuerdo que a mi mamá le pidieron que caliente agua y que consiga trapos blancos, que hizo rompiendo varias sábanas. A los heridos los asistieron en mi casa. También recuerdo que el hombre que murió quedó sobre la locomotora. El ruido del choque fue tremendo, se comentaba que se escuchó hasta la zona de Grand Bourg. Tengo grabado ese momento, era a la hora de ir al colegio, mi papá estaba preparando el auto para llevarme".
En las crónicas periodísticas del día siguiente se informa que concurrió al lugar una dotación de bomberos y efectivos de la Escuela Sargento Cabral, con sede en Campo de Mayo. Quizás haya habido un error, y los bomberos fueran del batallón Sargento Cabral, de Los Polvorines, que por ser un depósito de pólvora y municiones contaba con una brigada bomberil. De inmediato se organizó el traslado de los heridos al hospital de San Miguel. Los rescatistas tuvieron que lidiar bastante para rescatar al maquinista del tren local, de apellido De Filipo, que había quedado aprisionado en su cabina. Tras una hora de trabajo, el hombre fue liberado, ileso. En cambio, su asistente, el foguista Basilio Gambarte, debió ser trasladado a San Miguel. 

Anteúltimo coche de la formación

Restos del último coche de la formación

Locomotora English Electric Nº 5780

Último coche de la formación

Por su parte, el ferrocarril dispuso en el lugar una enorme grúa, que de inmediato trabajó para despejar las vías. Luego de desengancharse de sus dos últimos vagones, afectados por el choque, el Cinta de Plata siguió camino y llegó a Retiro a las 10.45. Un párrafo de la nota aparecida en Clarín refleja el testimonio de uno de los pasajeros del tren chocado: "El pasaje esperaba la salida del tren cuando de pronto sintió un fuerte choque. Tratando de vencer la confusión y el nerviosismo suscitados, salió a auxiliar a las personas que habían quedado atrapadas, destacando la ayuda proporcionada por los vecinos del lugar, que sin vacilar acudieron al lugar del hecho". Según la crónica periodística, hubo una circunstancia que gravitó para que el terrible choque no tuviera un número mayor de víctimas. Al parecer, en la formación que venía de Salta viajaba un supervisor del departamento de Tráfico del Belgrano. El hombre advirtió que el vagón final iba lleno, mientras que en otros sectores del tren había muchos asientos vacíos, y luego invitó a los pasajeros de la cola a ubicarse en los sectores intermedios. Por eso, al momento del choque, en el vagón final iban solo seis personas. Luis Horacio Melillo

"UN ERROR HUMANO"
¿Qué fue lo que produjo semejante choque? Según consigna la crónica periodística, las autoridades del ferrocarril apuntaron de inmediato a un error humano. Al parecer, un auxiliar de la estación Tortuguitas habría autorizado al tren local a partir de Del Viso, olvidando que el Cinta de Plata esperaba detenido. Dos hechos más empeoraron la situación: el primero, la espesa neblina; el segundo, que el lugar donde quedó esperando el Cinta de Plata está al final de una pendiente. Ambas circunstancias impidieron al maquinista ver la formación desde mayor distancia. La nota del diario Clarín afirmaba que el auxiliar, "al tener conocimiento del accidente huyó de su puesto de trabajo, siendo detenido posteriormente por las autoridades policiales". El informe periodístico se completa con la palabra del entonces gerente del Belgrano, Carlos D’alessio, quien confirmó que el accidente "se debió a una falla humana y no hubo ninguna de carácter técnico".

Posición en que quedó uno de los coches

Locomotora EE similar a la Nº 5780  
El 6 de Abril de 1964, la Sra. Emérita Dominga Andrada (que trabajaba en casa de familia y en 1º auxilios), salió de su domicilio sito en la Calle Duchesnoy, al lado del Destacamento Policial de la Localidad de Tortuguitas; como rutinariamente lo hacía para ir a trabajar abordando el tren local con destino a Grand Bourg. Su domicilio lindaba en la parte posterior con las vías del Ferrocarril General Belgrano, donde a 200 metros estaba la Estación Tortuguitas, la siguiente estación, yendo hacia Retiro estaba su punto de llegada. La mañana era clara y sin niebla. En la estación observa que un tren es detenido a unos 150 metros de la estación de Tortuguitas. Era el tren llamado “Cinta del Plata”, que cubría el trayecto de Córdoba a Retiro. El jefe de la estación lo hace detener sin aclarase aún por qué motivo, excepto que no tenia vía libre. Por su parte a bordo del Cinta del Plata, el 1º Guarda da la orden a los pasajeros de los últimos coches que tomaran sus pertenencias y se ubicaran en sitios más adelante del tren, ya que pronto llegarían a destino… un gesto que sin saberlo aún salvó varias vidas.
En el andén de la vía que dirige los trenes a Villa Rosa (cabecera de ése ramal local), la Sra. Andrada y los que esperaban escuchan como un niño (según se recuerda trabajaba de lustrabotas en la estación), gritaba al jefe de la estación que “le de vía al Cinta de Plata porque venía bajando el local”. El joven se refería a una brusca pendiente que se encontraba entre las estaciones de Tortuguitas y Del Viso (actualmente existe allí la parada de Alberti); por donde un tren local proveniente de Villa Rosa bajaba no a poca velocidad debido al terreno en pendiente. El jefe de la estación hecho al niño a empujones e insultos. Pero aquellos que estaban en los andenes no olvidarán jamás lo que vieron y oyeron. Andrada recuerda un fuerte golpe, seguido de ruidos, crujidos y rotura de vidrios. Al mismo tiempo vio restos pequeños volar por el aire, mucho polvo y un vagón levantarse y cruzarse “a la vía opuesta”… lo imaginable había ocurrido.
Inmediatamente, Andrada, corrió a su casa, dejó las cosas de trabajo y se dirigió al patio posterior de su domicilio donde fue la colisión. Junto a ella se unieron varios de sus familiares, que llevaban sabanas y otras cosas para auxiliar a los heridos; vecinos, el jefe del destacamento Policial y varios agentes entre ellos Hugo Romero cuñado de Andrada; y Silvano Andrada (hermano de la señora). El panorama se veía horrible y se esperaba lo peor. El último vagón (el mas afectado), del Cinta del Plata se subió sobre la locomotora Nº 5780 del Tren Local, casi quebrado por la mitad, cuyos restos quedaron sobre la locomotora y las vías opuestas y sus bogies de la parte posterior fueron a parar a casi 40 metros del lugar, en el jardín posterior de una casa. El anteúltimo vagón del Cinta del Plata quedó con su fuelle y puertas posteriores aplastados hacia abajo. Los pasajeros de los demás vagones presentaban heridas por vidrios y golpes por el sacudón. En el último vagón del Cinta del Plata sólo había quedado un hombre mayor que era del servicio ferroviario y no intentó seguir el consejo del 1º Guarda de ir más adelante. Éste, según recuerda la Sra. Andrada, fue bajado de entre el techo de la Locomotora y los restos del último vagón, tras varios esfuerzo de los agentes Policiales y los vecinos para liberarlo de entre los hierros retorcidos y las astillas de las maderas del vagón. El hombre presentaba fracturas múltiples de piernas y brazos, con quebradura expuesta en uno de sus brazos y en su pierna. El hombre aún estaba vivo, pero no se sabe si continuó con vida cuando se lo llevaron al hospital. Después se continuó con buscar al maquinista y su ayudante, pero las expectativas no eran buenas… la cabina y parte delantera de la 5780 habían desaparecido contra el Vagón del Cinta del Plata. Entre 3 hombres del Destacamento, forcejearon la puerta lateral derecha que al ceder mostró más una escena de Milagro que la de una tragedia: El maquinista y su ayudante estaban de pié aferrados contra el mamparo posterior de la cabina ilesos completamente. Lo que explicaron en su momento, fue que al ver el Cinta del Plata (recordemos que el día era despejado y la visibilidad buena), el maquinista fue “tocando los frenos”, porque sabía que chocarían debido a la pendiente que bajaban, de modo que trataron de embestir el último vagón a menor velocidad posible; al tiempo claro, que se prepararon para la colisión. Lo mas insólito fue que cuando el maquinista, ahora fuera de la locomotora, vio el panorama cayó al piso desmayado. Andrada recuerda hacer un torniquete a una joven mujer de mediana edad, en la muñeca porque al momento de la colisión llevaba su brazo fuera de la ventanilla, cuyo vidrio se destrozó en el choque. Andrada (quien tomó la fotografía del último vagón del Cinta del Plata sobre la locomotora), recuerda que el 1º Guarda, que también colaboró en el socorro a las víctimas, le dijo a ella que si no hubiese dicho a los demás pasajeros que vayan a vagones delanteros del tren “esto hubiese sido una masacre”.
Por su parte, horas más tarde mientras llegaban los obreros ferroviarios a despejar las vías; la Policía ahora tenía otra ocupación: buscar al jefe de la estación de Tortuguitas y detenerlo, ya que al momento d la colisión se dio a la fuga. Una semana después, recuerda Andrada, fue apresado y se le confiscó una suma de dinero, que coincidía con el faltante en las boleterías de la estación de Tortuguitas, y que fuese robado el día del accidente.

Material enviado por Juan Manuel Iglesias de Grand Bourg, Hugo Rivadeneira de Hurlingham y Oscar Casado de José C. Paz. Gracias amigos.
Fuente: Clarín (texto y fotos)

Altamirano, 1964

Numerosas víctimas produjo un choque de trenes en Altamirano

La noticia adquirió perfiles trágicos al cundir por la ciudad la información, desde muy temprano en la mañana del 1º de febrero, de que un tren procedente de Mar del Plata había chocado violentamente contra uno de carga, a metros de la estación Altamirano.

Cercano el mediodía, ante la mirada atónita de curiosos, bomberos, policías, funcionarios ferroviarios, autoridades nacionales, provinciales y periodistas, aún continuaban humeando los restos del convoy de pasajeros accidentado en las primeras horas del día. Los cronistas debían mirar largo rato para reconstruir el ordenamiento lógico de los dos convoyes antes del funesto topetazo. Pero la imaginación no bastaba. Las imágenes confundían, pero exhibiendo un aspecto sombrío, siniestro. Entre las vías ascendente y descendente, esparcidos caprichosamente en el suelo, manchados con aceite y petróleo, veíanse ropas de hombres, mujeres y niños, naipes, valijas, corbatas, mantas, todo lo que puede llevar un veraneante. Hasta cañas de pescar, rotas, por supuesto. Dimos un rodeo. Nos colocamos frente a lo que fue, digámoslo así, el principio de todo: las dos máquinas. La del carguero, casi intacta, se hallaba señalada con el número 1557. Tratase de una máquina a vapor, llamada "Meteoro", a cargo de Ismael Mondini, quien llevaba como ayudante al foguista Heriberto F. Velázquez. Detrás podía verse al "tender", donde se almacena el agua y el petróleo, semitumbado, derramado por sus costados el líquido negro y espeso. A continuación, sin ruedas, volcado sobre la banquina donde cavó un  pozo de un metro de profundidad, aparecía el vagón 5205, que llevaba la siguiente leyenda:"Para circular entre Sola, Bariloche o Zapala". En su interior, llevaba fardos de bolsas de arpillera y rollos de "ruberoid". Después, otros vagones más, totalmente rotos. Las grúas ya habían comenzado a despejar las vías. Frente a la "Meteoro", estaba aplastada su trompa hasta reducir a 50 centímetros la puerta de su cabina, la máquina diesel "Cockeril-Dugree" Seraing - Bélgica. Dentro, aprisionados por los hierros, se hallaban el maquinista y una persona (1) más. Seguidamente, doblado en un ángulo de 75 grados, totalmente calcinado por el fuego que le había dado un color herrumbre, estaba el vagón nº 3105, montado a medias sobre la estructura posterior de la locomotora. Debajo de ella estaban los escombros, los escombros nada más, de lo que había sido el vagón encomienda. 

   
En la foto de arriba, fuera de las vías, como levantados por una mano poderosa e invisible, aparecen los coches del convoy diseminados prácticamente en los alrededores del lugar y en la de abajo puede apreciarse la violencia del impacto. La máquina diesel quedó incrustada contra la trompa de la locomotora a vapor. Sobre la primera aparece el vagón 3105, semivolcado sobre su costado derecho y montado en parte sobre el equipo motriz diesel y el furgón de equipajes, que quedó completamente destruido.

Accidente Tren 333

Descarrilamiento Cerca de Olavarría

El accidente se produjo el 8 de marzo de 2022 a las 5.20, por causas que aún se desconocen.

Un tren que circulaba completo con 479 pasajeros y que tenía como destino la ciudad bonaerense de Bahía Blanca descarriló esta madrugada cerca de Olavarría. Tras el incidente, una persona fue atendida en el lugar por un golpe en la cabeza, en tanto que otras 16 fueron derivadas a un centro de salud local por contusiones menores. La parte de la formación afectada quedó tendida de costado.

El descarrilamiento se produjo a unos 10 kiómetros de Olavarría
“Se escuchó una frenada fuerte y después una vibración. No nos dimos cuenta de la magnitud de lo que había pasado hasta cuando salimos y pudimos ver, fue terrible”, le dijo Marco al medio local Infoeme. El hombre contó que debieron permanecer dos horas arriba de la formación siniestrada hasta poder salir.
Dos coches que no llegaron a tumbarse
“Descarrilaron los primeros cinco vagones”, contó en Radio Mitre el intendente de Olavarría, Ezequiel Galli, y detalló que de las 17 personas asistidas por el incidente “ninguno revestía de gravedad”. Los heridos, entre los que se encuentran tres niños según informó el jefe comunal, presentaron algunas fracturas, cortes y contusiones.
No hubo, por suerte, víctimas fatales en este descarrilamiento
La empresa estatal Trenes Argentinos informó que el tren 333, que une la estación de Plaza Constitución con la ciudad de Bahía Blanca, descarriló 10 kilómetros al sur de Olavarría. Según pudo saber LA NACION, la formación estaba saliendo del ejido urbano de esa ciudad. 
Otra vista de la cabeza del tren
“Hubo algunas frenadas previas, fueron unos segundos. Mucha gente estaba durmiendo”, narró una pasajera a TN. En su caso, se trasladaba en un vagón que apenas se inclinó sobre las vías. “Ahora estamos esperando a los colectivos que nos van a llevar a un lugar en Olavarría. Estamos en medio de la nada”, agregó la mujer. Mario Busto, subsecretario de Seguridad de Olavarría, indicó a TN que se pusieron a disposición micros privados de la ciudad para transportar a los pasajeros hasta instalaciones del municipio.
Otra vista de la locomotora y de uno de los vehículos semi volcado

La asistencia de las 479 personas que viajaban en la formación es llevada a cabo por personal de Trenes Argentinos en conjunto con la Policía y los bomberos. El proceso de encarrilamiento y restitución de las condiciones normales de las vías podría demorar algunas horas, por lo que es probable que algunos servicios que circulan por ese corredor se cancelen, advirtió la compañía en su comunicado.

Otras Imágenes


Dos de los vehículos afectados
Otros vehículos afectados 
Parte de los pasajeros en espera de vehículos de calle para su traslado
Pudo realmente ser una tragedia


Otra imagen del descarrilamiento cerca de Olavarría
Fue un descarrilamiento con suerte ya que no hubo víctimas fatales
Traslado de heridos

Fuentes: La Nación.- Fotos: Twitter | Josefina Bargas // Central de Noticias Olavarría | Otras a quiénes correspondan.