Cuatro personas han muerto y 48 han resultado
heridas al descarrilar este viernes un tren con destino a Oporto en un
zona en obras situada a la entrada del municipio pontevedrés de O
Porriño. Los fallecidos son el maquinista, de nacionalidad portuguesa,
el interventor, español, y un turista norteamericano. El cuarto es un
joven de 23 años de Vigo que perdió la vida cuando fue trasladado al
hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, según han confirmado el sindicato SFF-CGT
y la Consellería de Sanidade.
El tren, operado de forma conjunta por Renfe y la empresa pública de
ferrocarriles lusa Comboios de Portugal, había salido de Vigo a las 9.02
horas. La llegada a Oporto estaba prevista para las 10.08 horas. El
recorrido dura unas dos horas. En él viajaban 64 pasajeros y tres
operarios. Además de ciudadanos españoles y portugueses, había turistas
norteamericanos, brasileños, uruguayos, un inglés, un alemán, dos
argentinos y un chileno, de acuerdo. Queda por confirmar la nacionalidad
de cuatro heridos. Once de los 48 pacientes fueron dados de alta a las
pocas horas, 9 fueron ingresados entre el Hospital Álvaro Cunqueiro, la
Clínica Povisa y la Clínica Fátima de Vigo, aunque no se teme por la
vida de ninguno de ellos. Hasta 27 estaban en Urgencias pendientes de
valoración.
Estado en el que ha quedo la máquina del tren que ha descarrilado cerca de la estación de tren de O Porriño (Pontevedra). En el accidente han muerto al menos tres personas. (Salvador Sas / EFE) |
LOS VECINOS AYUDARON
El descarrilamiento se produjo sobre las 9.30 horas, cuando el convoy cruzaba bajo el paso elevado de la carretera N-120, en un tramo sometido a trabajos de mantenimiento y que está situado a pocos metros de la estación de O Porriño, municipio en el que el este ferrocarril no tiene parada en la actualidad.
Como puede observarse en las imágenes, el primer vagón se salió de la vía y acabó colisionando con una torre metálica que sustenta el cableado eléctrico (catenaria), quedando volcado sobre el trazado. Tras los primeros momentos de confusión, y según testigos presenciales, los pasajeros comenzaron a salir de los coches por su propio pie.
Vecinos de la zona acudieron a auxiliar a los heridos, que fueron atendidos en por efectivos de Emergencias, que desplazaron dos helicópteros, tres UVI móviles, 11 ambulancias y un vehículo de apoyo logístico. También intervinieron el Grupo de Intervención Psicológica en Catástrofes y Emergencias y voluntarios de Cruz Roja, de acuerdo a la Xunta. Eva García, alcaldesa de la localidad por el Partido Socialista, detalló que uno de los fallecidos quedó atrapado bajo la cabeza tractora del tren, por lo que los bomberos tuvieron que intervenir para liberar el cuerpo. El municipio ha declarado tres días de luto oficial.
El descarrilamiento se produjo sobre las 9.30 horas, cuando el convoy cruzaba bajo el paso elevado de la carretera N-120, en un tramo sometido a trabajos de mantenimiento y que está situado a pocos metros de la estación de O Porriño, municipio en el que el este ferrocarril no tiene parada en la actualidad.
Como puede observarse en las imágenes, el primer vagón se salió de la vía y acabó colisionando con una torre metálica que sustenta el cableado eléctrico (catenaria), quedando volcado sobre el trazado. Tras los primeros momentos de confusión, y según testigos presenciales, los pasajeros comenzaron a salir de los coches por su propio pie.
Vecinos de la zona acudieron a auxiliar a los heridos, que fueron atendidos en por efectivos de Emergencias, que desplazaron dos helicópteros, tres UVI móviles, 11 ambulancias y un vehículo de apoyo logístico. También intervinieron el Grupo de Intervención Psicológica en Catástrofes y Emergencias y voluntarios de Cruz Roja, de acuerdo a la Xunta. Eva García, alcaldesa de la localidad por el Partido Socialista, detalló que uno de los fallecidos quedó atrapado bajo la cabeza tractora del tren, por lo que los bomberos tuvieron que intervenir para liberar el cuerpo. El municipio ha declarado tres días de luto oficial.
Operarios y fuerzas de seguridad trabajan junto al tren que ha descarrilado este viernes cerca de la estación de O Porriño (Pontevedra). (Salvador Sas / EFE) |
ZONA DE MANTENIMIENTO
El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), responsable de la vía en el tramo español, ha abierto una investigación interna (a través de la Comisión de Accidentes Ferroviarios) para esclarecer los hechos. El caso ha recaído en el juzgado de Instrucción 2 de O Porriño, que se ha hecho cargo de la caja negra del tren. La alcaldesa Eva García declaró a los medios locales que el vehículo, "muy viejo" y que se fabricó en los años 80, golpeó uno de los pilares del puente de la N-120 y se salió de la vía, que, insistió, había sido mejorada recientemente para permitir una circulación a mayor velocidad en el momento de atravesar el pueblo, donde no se detenía. Adif no ha confirmado estos extremos.
El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), responsable de la vía en el tramo español, ha abierto una investigación interna (a través de la Comisión de Accidentes Ferroviarios) para esclarecer los hechos. El caso ha recaído en el juzgado de Instrucción 2 de O Porriño, que se ha hecho cargo de la caja negra del tren. La alcaldesa Eva García declaró a los medios locales que el vehículo, "muy viejo" y que se fabricó en los años 80, golpeó uno de los pilares del puente de la N-120 y se salió de la vía, que, insistió, había sido mejorada recientemente para permitir una circulación a mayor velocidad en el momento de atravesar el pueblo, donde no se detenía. Adif no ha confirmado estos extremos.
Rafael Catalá (PP), ministro de
Justicia y de Fomento en funciones, se trasladó a la zona horas después
de la tragedia. Allí aseguró que el tren había pasado una revisión
exhaustiva en mayo y otra rutinaria el jueves en Portugal, por lo que
contaba con "todas las garantías" para circular, según recogió la
agencia Efe. Catalá recalcó que la zona del accidente está actualmente
en obras por labores de mantenimiento de la vía principal, lo que obligó
a trasladar la circulación a una vía secundaria y a reducir la
velocidad, aunque el ministro se negó a especular sobre si esta
circunstancia influyó en el siniestro. También descartó cualquier
problema de competencia del maquinista, que, según el presidente de
Comboios de Portugal, Manuel Queiró, tenía más de 20 años de
experiencia.
El tren Serie 592 descarrilado visto desde arriba y desde otro ángulo. |
O Porriño se encuentra a unos
35 kilómetros al sur de Pontevedra, la capital de la provincia, a 18 de
Vigo y a otros 18 de la frontera con Portugal. El ferrocarril, conocido
como Tren Celta, es un antiguo modelo 592 diésel fabricado en los años
80, pero actualizado con posterioridad. Pertenece a la línea Pontevedra-Tui-Oporto
y está identificado con el número 420, aclaró Renfe. El tren circulaba
con sistema de seguridad Asfa (Anuncio de Señales y Frenado Automático),
el mismo que llevaba embarcado el tren de Santiago accidentado en julio
de 2013 y en el que fallecieron 80 personas. Este operativo implica la
instalación de balizas en la vía que transmiten información a bordo,
siendo el maquinista el que debe de responder ante las señales acústicas
o luminosas que le muestra su panel de mando para, por ejemplo, ajustar
la velocidad. El tren solo se frena de forma automática en caso de que
se superen los 200 kilómetros/hora. El Asfa digital, implantado en las
series más modernas del tren 592, sí detiene el vehículo si se supera la
velocidad indicada en las balizas.
Así es el tren que ha descarrilado en O Porriño: un modelo de los años 80 que funciona con diésel. |
El tren descarrilado en Galicia
en el que este viernes murieron cuatro personas -entre ellos, el
maquinista y el interventor- es un modelo prácticamente en desuso en
España que, según la alcaldesa de O Porriño, era "muy viejo". El convoy,
identificado con el número 420, pertenece a la serie 592 automotorizada
de Renfe, que se mueve gracias a cuatro equipos de combustible diésel
capaces de superar los 120 kilómetros por hora. La composición habitual
es de un vagón tractor en cada extremo con un coche entre ambos. Cada
uno tiene cuatro puertas y asientos orientables según el sentido de la
marcha dispuestos a lo largo de un pasillo central. La capacidad es de
entre 60 y 80 personas. Para tramos sin electricidad Al utilizar
combustible fósil, la combinación carece de los pantógrafos que conectan
el vehículo con la catenaria que suministra la electricidad, como puede
observarse en la imagen superior. La serie, de acuerdo a la información
del operador Renfe, constaba originariamente de 70 trenes que fueron
construidos en los años 80 por las empresas Macosa y Ateinsa, hoy
agrupadas en la corporación francesa Alstom, una de las mayores
proveedoras europeas de material móvil ferroviario. Su misión era
prestar servicio en las líneas no electrificadas o en recorridos donde
hubiese tramos sin tendido eléctrico.
Después de un uso intensivo, la mayor parte de estos trenes -detalla Renfe- fueron objeto de importantes remodelaciones que permitieron la creación de la subserie 592.2 (?) eléctrica, que presta servicio en recorridos de regionales de Media Distancia. "Otra parte ha sido modernizada para los servicios de Cercanías", añade la compañía. Una parte de los equipos fue entregada a la compañía pública lusa Comboios de Portugal para cubrir los trayectos entre Vigo y Oporto, de 150 kilómetros. Este era el servicio que cubría el número 420 accidentado. Sus operadores, señala el sindicato de maquinistas Semaf, son un grupo reducido de unos 12-14 profesionales (la mitad españoles y la mitad portugueses) que trabajan a ambos lados de la frontera y han recibido formación en idiomas e infraestructuras para poder circular con garantías tanto en España como en Portugal, como han confirmado las autoridades de los dos países. Una línea cuestionada Comboios ha intentado suprimir la línea en varias ocasiones a lo largo de la última década, alegando que la escasa demanda -11 personas de media por trayecto, según la empresa- provocaba pérdidas en sus cuentas. Las protestas de los dirigentes políticos gallegos y la ausencia de una alternativa ferroviaria similar entre Galicia y el norte de Portugal frustraron sus intenciones. Finalmente, Comboios accedió a mantener el servicio a cambio de reordenar las paradas y las frecuencias de paso. Este es el motivo por el que el tren no paraba en O Porriño.
Después de un uso intensivo, la mayor parte de estos trenes -detalla Renfe- fueron objeto de importantes remodelaciones que permitieron la creación de la subserie 592.2 (?) eléctrica, que presta servicio en recorridos de regionales de Media Distancia. "Otra parte ha sido modernizada para los servicios de Cercanías", añade la compañía. Una parte de los equipos fue entregada a la compañía pública lusa Comboios de Portugal para cubrir los trayectos entre Vigo y Oporto, de 150 kilómetros. Este era el servicio que cubría el número 420 accidentado. Sus operadores, señala el sindicato de maquinistas Semaf, son un grupo reducido de unos 12-14 profesionales (la mitad españoles y la mitad portugueses) que trabajan a ambos lados de la frontera y han recibido formación en idiomas e infraestructuras para poder circular con garantías tanto en España como en Portugal, como han confirmado las autoridades de los dos países. Una línea cuestionada Comboios ha intentado suprimir la línea en varias ocasiones a lo largo de la última década, alegando que la escasa demanda -11 personas de media por trayecto, según la empresa- provocaba pérdidas en sus cuentas. Las protestas de los dirigentes políticos gallegos y la ausencia de una alternativa ferroviaria similar entre Galicia y el norte de Portugal frustraron sus intenciones. Finalmente, Comboios accedió a mantener el servicio a cambio de reordenar las paradas y las frecuencias de paso. Este es el motivo por el que el tren no paraba en O Porriño.
Fuente: 20 minutos.es | Créditos Fotográficos:
AP / Salvador Sas | Reuters / Miguel Vidal
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